Corazones diferentes
En cierta ocasión, Nasrudín estuvo empleado como cocinero. Un día, su amo le mandó al mercado a comprar los ingredientes para un gran banquete que se iba a ofrecer aquella noche a unos invitados importantes.
Llegada la hora de la cena y presentada la comida, los nobles comensales se sintieron disgustados al comprobar que todos los platos estaban hechos con corazón de oveja.
- Te dije que preparases un banquete con los manjares más exquisitos: los productos alimenticios más dulces y agradables para estos honorables invitados.
-Señor- replicó Nasrudín-, ¿qué puede ser más dulce y agradable que el corazón? Ése es el órgano que alberga el amor, la compasión, la generosidad y la misericordia.
Dejando de lado su explicación, el amo le ordenó que volviera a la cocina.
-¡Vuelve con algo menos puro pero más decadente e indulgente!
Pasó una hora, luego dos, y los invitados, hambrientos, empezaron a impacientarse. Finalmente reapareció el cocinero con la comida de repuesto. Pero vieron horrorizados que, de nuevo, en los platos se amontonaban enormes corazones de oveja. El anfitrión y sus ofendidos invitados pidieron una explicación.
-Señor- dijo el cocinero-, esta vez me pedisteis que trajera platos indulgentes y decadentes de naturaleza menos pura. ¿Qué puede haber más indulgente que un corazón que trata de servirse sólo a sí mismo? ¿O más decadente que un corazón que sólo busca placer?
- Cuentos sufíes para pensar-
Autor: Idries Shah
Llegada la hora de la cena y presentada la comida, los nobles comensales se sintieron disgustados al comprobar que todos los platos estaban hechos con corazón de oveja.
- Te dije que preparases un banquete con los manjares más exquisitos: los productos alimenticios más dulces y agradables para estos honorables invitados.
-Señor- replicó Nasrudín-, ¿qué puede ser más dulce y agradable que el corazón? Ése es el órgano que alberga el amor, la compasión, la generosidad y la misericordia.
Dejando de lado su explicación, el amo le ordenó que volviera a la cocina.
-¡Vuelve con algo menos puro pero más decadente e indulgente!
Pasó una hora, luego dos, y los invitados, hambrientos, empezaron a impacientarse. Finalmente reapareció el cocinero con la comida de repuesto. Pero vieron horrorizados que, de nuevo, en los platos se amontonaban enormes corazones de oveja. El anfitrión y sus ofendidos invitados pidieron una explicación.
-Señor- dijo el cocinero-, esta vez me pedisteis que trajera platos indulgentes y decadentes de naturaleza menos pura. ¿Qué puede haber más indulgente que un corazón que trata de servirse sólo a sí mismo? ¿O más decadente que un corazón que sólo busca placer?
- Cuentos sufíes para pensar-
Autor: Idries Shah
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